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Adiós a los viajes que conocemos: ir de Londres a Nueva York en 54 minutos será posible

Nueva York y Londres
Nueva York y Elon Musk.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El túnel transatlántico que conecte Londres y Nueva York podría revolucionar los viajes entre ambas ciudades, reduciendo el tiempo de trayecto a sólo 54 minutos. Aunque parece un concepto propio de la ciencia ficción, éste ambicioso proyecto se basa en los avances tecnológicos y de ingeniería que podrían hacerlo viable en el futuro. A pesar de haber sido una propuesta considerada desde hace más de un siglo, los retos técnicos y económicos han frenado su desarrollo. Sin embargo, innovaciones como los Vactrains (trenes que alcanzarían velocidades de hasta 4.800 km/h en túneles al vacío) ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo podría materializarse esta iniciativa.

El túnel atravesaría el océano Atlántico a grandes profundidades, una proeza que requeriría superar desafíos significativos en cuanto a su construcción y mantenimiento. Además de conectar dos grandes ciudades, este corredor podría transformar el comercio, el turismo y los negocios, permitiendo viajes rápidos que antes eran impensables. Al igual que el Eurotúnel entre el Reino Unido y Francia, este proyecto ampliaría las oportunidades económicas y culturales entre Europa y América del Norte. Sin embargo, hay quienes cuestionan la viabilidad del túnel debido a su enorme coste, que rondaría los 18 billones de euros, además de los múltiples desafíos legales, logísticos y medioambientales que implicaría su construcción.

El túnel transatlántico que conectará Londres y Nueva York

La posibilidad de construir un túnel transatlántico vuelve a estar en el foco de atención, con Elon Musk como uno de los nombres más destacados vinculados a este proyecto. Aunque la idea no es nueva y se ha planteado en repetidas ocasiones, sigue siendo un concepto que parece sacado de una película de ciencia ficción. Hasta ahora, ninguna iniciativa concreta ha avanzado más allá de la teoría, pero los recientes desarrollos tecnológicos y la influencia de Elon Musk han vuelto a poner este plan sobre la mesa.

Conocido por sus proyectos revolucionarios, popularizó en 2013 la idea de los túneles de vacío como parte de su sistema Hyperloop. Éste innovador medio de transporte alcanza velocidades que superan los 4.800 km/H gracias a la eliminación de la resistencia del aire. Bajo esta premisa, el tren podría conectar las ciudades de Londres y Nueva York en menos de una hora, un tiempo récord si se compara con las aproximadamente ocho horas que requiere un vuelo transatlántico convencional.

El concepto plantea construir un túnel submarino de más de 5.000 kilómetros de longitud, anclado al lecho oceánico, con trenes que se desplazarían en una atmósfera completamente sellada y sin fricción. De lograrse, este sistema revolucionaría no sólo los tiempos de viaje, sino también el impacto ambiental, siendo mucho más sostenible que los aviones comerciales.

Desafíos

Sin embargo, a pesar de lo prometedor del proyecto, las barreras técnicas y económicas siguen siendo abrumadoras. Para empezar, el coste estimado de construir el túnel se sitúa en torno a los 18 billones de euros, una cantidad colosal que incluye tanto la infraestructura del túnel como el desarrollo del sistema de transporte. Además, el diseño del túnel plantea importantes incógnitas: algunos expertos sugieren excavar bajo el lecho marino, mientras que otros proponen opciones flotantes ancladas al fondo del océano mediante cables.

Otro de los grandes desafíos es el tiempo que llevaría completar un proyecto de esta magnitud. Como referencia, la construcción del Eurotúnel, que une Reino y Francia a través del Canal de la Mancha, tardó seis años para cubrir una distancia de solo 37 kilómetros. Extrapolando este tiempo al túnel transatlántico, su construcción podría tardar varios siglos en completarse, sobre todo considerando las complejidades adicionales del océano Atlántico.

Asimismo, aunque la tecnología de tubos de vacío ha progresado significativamente en la última década, todavía quedan muchos aspectos por resolver antes de que un proyecto como éste pueda llevarse a cabo. No existe un diseño definitivo, ni tampoco una hoja de ruta clara para su ejecución. A esto se suma la falta de consenso internacional para coordinar los esfuerzos financieros y técnicos necesarios.

Teniendo todo esto en cuenta, por ahora, el túnel transatlántico entre Londres y Nueva York sigue siendo un sueño futurista más que una realidad cercana. Sin embargo, cada avance en investigación y desarrollo acerca esta posibilidad un poco más al terreno de lo tangible. De concretarse, no sólo cambiaría radicalmente la manera en que las personas viajan entre continentes, sino que también se convertiría en un símbolo de lo que la humanidad puede lograr cuando combina visión, innovación y cooperación global.

El túnel que unirá España y Marruecos

Por otro lado, el proyecto de un túnel submarino entre España y Marruecos bajo el Estrecho de Gibraltar, con un coste estimado de 6.000 millones de euros, busca materializar una conexión histórica entre África y Europa. Esta infraestructura, que aspira a estar lista para el Mundial de 2030, permitirá el tránsito de 12,8 millones de pasajeros y 13 millones de toneladas de mercancías al año, según estimaciones oficiales. El tramo submarino, de 28 kilómetros de longitud y una profundidad máxima de 475 metros, enlazará Punta Paloma, en Tarifa, con Malabata, cerca de Tánger.

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